Los componentes y elementos de nuestras puertas inoxidables garantizan una resistencia a la corrosión y al calor, además de un cuidado fácil y cómodo para cualquier usuario. Pero no estamos a salvo de que se manchen ya sea porque están al aire libre o debido a un cambio de cerradura rota. Por ello, aquí explicaremos cuál es la mejor manera de mantener y limpiar una puerta de acero inoxidable, para que esté siempre como el primer día utilizando los productos adecuados.
Utensilios y productos para limpiar acero inoxidable
Lo primero que te estarás preguntando es, qué debo tener en cuenta al limpiar una puerta de acero inoxidable. Por lo que te explicaremos todo lo necesario para ponerte manos a la obra con la tarea en cuestión. En el momento de empezar, necesitarás varios elementos a tu alcance para proceder a la limpieza: el producto en cuestión elegido para aplicar en la puerta (para el acero), un barreño ó cubo con agua templada y esponja. Para los cristales necesitarás un producto específico para su limpieza (limpiacristales) y un trapo seco para deshumedecer el cristal tras su limpieza.
Todo este material lo puedes conseguir a un precio muy asequible e incluso de forma online. Hay que tener muy en cuenta que productos debes comprar para no dañar la puerta a la hora de quitar las manchas del acero inoxidable. El producto en cuestión que apliques, nunca puede tener lavandina, ya que reacciona con al material de estas puertas y las perjudica. Y como esto puede que os haya sonado a chino, lo que no debe contener es básicamente lejía. Como consejo, te recomendamos que uses una ropa adecuada o específica para no estropear o manchar en un despiste tus prendas de más valor.
Cómo limpiar una puerta acero inoxidable y cristales
Para la limpieza del cristal simplemente debes aplicar el producto en cuestión para ello, con un trapo y movimientos circulares, y otro paño que no esté húmedo para su posterior secado. En caso de que el cristal presente mucho polvo, antes de realizar la limpieza, quitarlo con papel de cocina o un trapo. Ahora llega el momento de quitar oxido del acero o manchas y los trucos para la limpieza de la puerta de acero. La acción que vamos a llevar a cabo, es conveniente realizarlo con la esponja o trapo, y luego el agua templada únicamente ya que el uso de detergentes puede dejar un color amoratado en el acero inoxidable, si esto sucediese arreglarlo sería sencillo, procediendo a limpiarlo correctamente con agua y secar la superficie inmediatamente.
Lo mejor es empezar por los marcos y después continuar con el interior de la puerta. Una vez aplicado el producto elegido para su limpieza, realizar movimientos desde abajo hacia arriba, centrándote en el momento de llegar al picaporte, ya que suele ser lo que más se toca y deteriora. En caso de querer eliminar polvo de la puerta, primero deberemos retirarlo con un papel de cocina o trapo. De lo contrario, al limpiar, quedará más sucia de lo que estaba. Una vez retirado el polvo, podemos aplicar el limpiador escogido y secar con un paño para evitar manchas residuales.
¿Cómo limpiar el pomo de una puerta?
Para retirar las manchas de dedos de la manilla de la puerta, pasaremos un paño humedecido pero también es importante oberservar el acabado de la puerta de acero inoxidable. Si es brillo (liso), con un par de pasadas será suficiente, pero si el manillar de puerta es satinado, es probable que tengamos que dar más de una pasada para que quede totalmente limpio.
Para desinfectar y eliminar bacterias y virus de la superficie, no se recomienda usar un producto abrasivo. De lo contrario, podemos levantar la capa de brillo o de satinado arruinando la imagen estética de la puerta del portal. Lo mejor en estos casos será diluir en un poco de agua y limpiar con un paño sin frotar. Con este procedimiento, podremos evitar que las bacterias se acumulen pese a ser un lugar frecuentado por todos los vecinos.
¿Qué debes hacer cada cierto tiempo con el acero?
Para lograr mantener la puerta en un perfecto estado y que tenga buen aspecto, es recomendable realizar un pulido de la misma cuando la superficie de esta empieza a deteriorarse y rayarse, es decir, algo que al limpiarlo de la manera que hemos expuesto antes, no se quita.